Predicciones para las donaciones

Por: Juan Guillermo Pérez Hoyos

Desde un enfoque social, las entidades sin ánimo de lucro (ESAL) son organizaciones que trabajan persiguiendo fines altruistas en lo humanitario, lo artístico, lo científico, o apoyando comunidades vulnerables, siempre tratando de dejar una huella positiva en la sociedad. En el plano jurídico, las ESAL son organizaciones del derecho civil que están hechas para no generar enriquecimiento a sus constituyentes, ni por la vía de distribución de excedentes, ni por la vía del enriquecimiento patrimonial, ni siquiera al momento de su liquidación. En uno y otro criterio se considera que las ESAL principalmente derivan sus recursos de apoyos y donaciones.

En la perspectiva constitucional, las ESAL son entidades que se constituyen para desarrollar actividades en torno a los derechos fundamentales allí plasmados. La relación entre los derechos fundamentales presentes en nuestra Constitución de 1991 y las actividades meritorias definidas por el legislador en la Ley 1819, es clara y perceptible. Esa esencia constitucional de las ESAL las presenta ante ciertos intereses políticos como una herida sangrante del abandono y la falta de presencia del Estado. Esos intereses sienten que una ESAL de trabajo y desarrollo social refleja el abandono del Estado de su obligación constitucional de proteger a la familia, al libre desarrollo de la personalidad, al derecho al trabajo, a la libertad de conciencia y de culto; que una de salud le desnuda el abandono total de su obligación de dar protección constitucional a la salud y a la vida; que una de derechos humanos le evidencia los devastadores efectos de la corrupción, de la injusticia, de un país absurda y profundamente desigual, y así, sucesivamente.

Y esa esencia constitucional de las ESAL también ha sido su fatalidad, le ha puesto un blanco en el corazón de su existencia, en la fuente de sus recursos. Una simple mención que aparece de manera espontánea en el texto de la Comisión de Expertos Tributarios de hace cuatro años, la de pedir la no deducibilidad de las donaciones dadas a entidades no lucrativas a cambio de un breve reconocimiento como descuento tributario, hizo carrera hasta desembocar, en la reforma tributaria del año 2016, en la norma que efectivamente dice que las donaciones no son deducibles del impuesto de renta y que ellas sólo darán lugar a un descuento tributario del 25% del valor donado, con limitaciones frente al impuesto a pagar por el donante. El tiro certero al núcleo de sus finanzas, sumado al barullo armado con las especies regadas sobre su integridad fiscal, dieron los resultados esperados. La mortandad de las ESAL no se detiene y en medio de ello se nota la ausencia de un análisis con rigor que muestre lo que vemos en el día a día; que sin padrinos poderosos sus recursos tienden al cero, que sin dinero no funcionan ni pueden pagar por un acompañamiento adecuado para cumplir con los refinados requisitos para mantenerse en el régimen especial de tributación y que su creciente desaparición es directamente proporcional a la agudización de los problemas sociales, del desempleo y de todos los indicadores de desigualdad social que le muestran al mundo lo que aquí se quiere tapar.

Tal vez como acto de contrición, o tal vez sintiendo que los recursos del presupuesto son más necesarios en otra faltriquera, la nueva ley del Plan Nacional de Desarrollo le adiciona un artículo al Estatuto Tributario (¿unidad de materia?) para consagrar un programa de becas por impuestos. El asunto se trata de ofrecerle a los contribuyentes unos estímulos tributarios del tipo de títulos negociables para el pago del impuesto de renta, a cambio de los dineros que ellos entreguen a Coldeportes en el marco de la celebración de unos convenios de becas de estudio y manutención de quienes la ley llama deportistas talento o reserva deportiva. La ley no precisa la proporción que habrá entre los dineros donados por el contribuyente y los bonos recibidos, pero sí que el descuento en el contribuyente estará limitado al 30% de su impuesto a cargo.

Como el programa de becas por impuestos no se entendería si únicamente quedara sujeto a los regímenes generales de las donaciones y de las deducciones, se esperaría que en su reglamentación se fijara que los títulos recibidos por el contribuyente a cambio de sus donaciones al programa de becas por impuestos tengan una relación de uno a uno con los recursos donados, que el descuento sea hasta el límite del 30% del impuesto a cargo del donante, y que el valor de los títulos recibidos sea libremente negociable con su simple endoso, negociación que no debería limitarse a la primera transacción entre el  donante original y su primer adquirente.

Si la anterior llegara a ser la expresión de la nueva construcción de becas por impuestos, bienvenida. Pero algo nos dice que si este piloto funciona podría generalizarse y así, llegar en un futuro a consolidar el sistema de donaciones entregándolas a organismos públicos (léase politizados), para que ellos supuestamente las trasmitan a las ESAL de su sector. Pero entonces, puede resultar peor el remedio que la enfermedad. No es sino ver el indicador de corrupción de Transparencia Internacional para sentir la desazón que produce el pensar que se estaría montando un entramado para llevar las donaciones a zonas nebulosas. No es pesimismo ni mal agüero, pero reviviendo nuestra historia… Qué vaina.

 

 

3 comentarios en “Predicciones para las donaciones

  • Que buen análisis, y que labor tenemos los que seguimos creyendo en nuestra labor social, mediante las Esal, este reto o desafío debemos darlo en cada espacio que tengamos.

  • Me gusta el análisis y las conclusiones. Lo que me queda pendiente es el tema de las ESAL que tienen los políticos que las han usado como pantalla para sus propios y particulares propósitos. Me gustará recibir opiniones al respecto.

  • El pensar mal de un sector como el solidario a llevado a que múltiples actividades en desarrollo de las comunidades menos favorecidas sean inviables.

    El manejo inadecuado de los recursos nos hace pensar que los ciudadanos estamos cansados de la corrupción y que prime el interés particular.

    Siempre e pensado que una forma de cambiar la situación del país es apoyando el sector solidario. El cual tiene un impacto social y económico por la generación de empleo.

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